No card

«¡Tú! ¡Dame tu dinero o te rajo!».
«…»
«…»
«Mira, esto es todo lo que tengo».
«Eh, así no. ¿Dónde está tu Firenze Card?».
«¿Perdón?»
«Tu Firenze Card. La del ayuntamiento».
«Esto… No la compré. Demasiado cara».
«Coño, habérmelo dicho. No te puedo atracar si no la tienes».
«¿Y eso?»
«Forma parte de la experiencia turística completa. Si quieres ser atracado con un mínimo de calidad, necesitas la Card».
«Ah. Vaya, no lo sabía. Así que los que me intentaron atracar ayer, en el tranvía…»
«Impostores. ¿A que hablaban sin acento toscano?»
«Pues lo cierto es que no me fijé».
«¿Ves? Lo dicho, unos amateurs. Si es que…»
«…»
«¿Qué te pasa ahora?»
«El dinero. ¿Me lo podría devolver entonces? Como no tengo la Card…»
«Ah, claro. Ten».
«Gracias. Y ahora, si me disculpa…»
«Oye, antes de irte, hazme un favor».
«¿Sí?»
«Denuncia a los ladrones esos. Dañan la reputación de la ciudad.»
«Ehm, vale, lo haré».
«Y ten cuidado, si la policía te ve, podría multarte por dejarte robar sin ticket. Pide siempre el ticket. Toma esta tarjeta, si llamas a este número solo acudirán cacos autorizados».
«Gracias, gracias, así lo haré».
«De nada, amigo. Que tengas un buen paseo».